Raphael TSAVKKO GARCÍA, Universidad de Deusto
El presente trabajo1 tiene como foco central internet y, además, cómo la comunidad vasca, tanto en los territorios históricos como también la diáspora, la utiliza en la formación de comunidades en línea.
En este estudio nos deparamos con conceptos —o mismo lecturas de la realidad, del tiempo-presente— que permean la humanidad desde hace mucho tiempo: Como la comunidad, el compartir, la identidad, la desterritorialidad y también la nación, llevándonos hasta un momento en que pensamos en como nos relacionamos, en cuanto individuos y en cuanto sociedad, en un ambiente virtual, en una red de control, pero donde tenemos libertad suficiente para crear lazos y hacer crecer sentimientos de pertenencia con características semejantes a aquellas de carácter nacional.
Hay una ampliación de la percepción del individuo en relación a su pertenencia. Las posibilidades se expanden a medida que el desplazamiento virtual permite a este individuo tener el conocimiento sobre algo más allá de su red de relacionamientos local, sobre su realidad inmediata basada en costumbres y características dadas por su nación de nacimiento o fijación.
Si a un lado siempre fue posible al individuo dislocarse de su región/país de origen a otro y, de esta forma, confundir o adoptar una segunda identidad o mismo mezclarla con su “yo original”, internet permite este mismo “movimiento” sin que sea necesario tal dislocamiento físico, mas solamente virtual, así como permite un rencuentro, y una especie de “retorno” a las orígenes.
Se trata, por veces, de un retorno de la diáspora a su tierra y cultura originales —comprendida por ancestral o anterior— sin la necesidad de cualquier tipo de desplazamiento físico, donde exista la posibilidad de compartir, teniendo por base signos, mitos y símbolos que identifican a todos con una comunidad. Y esta es más de que una comunidad de destino fija, inmutable, presa al origen étnico/nacional, es una comunidad que migra, una identidad que migra (Bauman, 2004).
Nuestra identidad se presenta liquida, fluida, y por lo tanto, mutable, y encuentra en internet un ambiente propicio para “caminar” libremente, formar vínculos, transbordar por fronteras artificiales, inventadas. En otras palabras, el origen ancestral, por veces, se convierte en algo menos importante o necesario que poder compartir en la red. Una vez que un individuo sin necesariamente identificación ancestral puede pasar a identificarse con un grupo.
Los blogs, como también las redes sociales son un campo propicio para analizar el contacto entre individuos de una comunidad o que vengan a formar una comunidad, y incluso los que se unen en el entorno de una comunidad ya existente; y vemos en el caso vasco un uso amplio y extenso de estas plataformas virtuales como forma de contacto y de formación de vínculos.
Al acceder a las redes sociales o blogs, el individuo sumerge en un ambiente cargado de símbolos que llevan a una inquietud y luego a una busca por comprender el “entorno”, aquel locus de convivencia encontrado. De esta búsqueda puede nascer una vinculación más fuerte, de lazos que acaban siendo firmados entre este y los otros individuos que comparten estos mismos símbolos.
En otros casos es posible verificar que individuos que comparten de los mismos símbolos, con diferentes intensidades, tienden a conectarse y a criar enlaces en ambientes virtuales con el intuito de compartir experiencias y también de reforzar conexiones traídas por estos símbolos/experiencias —que pasan a también agregar mitos—, historias en común, un pasado en común hasta la voluntad de mantenerse esta vinculación.
La blogosfera vasca, por su vez, forma un enredado singular, con una amplia conexión con la diáspora y con una fuerte presencia en línea.
Foto: CC BY - Caliaetu
La blogosfera vasca, por su vez, forma un enredado singular, con una amplia conexión con la diáspora y con una fuerte presencia en línea. Gordo y Megías (2006) observaron que a las relaciones cara a cara de la juventud se añaden las relaciones en línea, lo que presupone una cierta alteración en la lógica tradicional, pues se amplía el alcance y prácticamente se eliminan las fronteras y las barreras del tiempo.
De esta manera, es necesario profundizar en el estudio del relacionamiento en línea de la comunidad vasca, en especial en la conexión entre aquellos nascidos y que viven en los territorios históricos vascos y la diáspora difundida por el mundo.
En sentido clásico, “Nación” es una idea genérica de comunidad política, de un grupo de personas unidas por conexiones naturales y eternas (lengua, historia común, etc.) y, normalmente, dentro de un territorio relativamente delimitado y posiblemente contiguo.
Habermas apunta (2007) las revoluciones del fin del siglo XVIII como marco en que las ideas de Estado y Nación se funden en “Estado Nacional”. Él considera que en su origen, nación significaba una comunidad próxima integrada, vecina. En la edad media el concepto pasó a indicar una comunidad con lengua común y pasó a ser usada como un concepto para diferenciar el extranjero de los patrios.
En dado periodo el concepto de nación adoptó connotación política, conectados a la aristocracia y entonces, pasó a ser conectada a un pueblo como una forma de integración social en oposición al feudalismo y basados en diferentes historias nacionales y comunidades imaginadas (Anderson, 2005).
Después del surgimiento de la prensa fue posible al habitante de un pueblo tener conocimiento sobre sus semejantes y compartir historia y cultura y encontrar similitudes en el otro. Al mismo tiempo fue posible alargar (en términos geográficos mas que culturales) las fronteras del outsider (Elias, 2000).
Ernest Renan (2006) afirma que la nación es el plebiscito diario y pasible de adhesión a través del deseo de pertenecer. Cabe al individuo aceptar y querer participar y no ser inserido a la fuerza y, sobre todo muestra su voluntad de crear lazos e identidad y pertenencia. Este deseo de pertenecer se da por el intercambio de información, basada en tensiones y rituales de vínculos, y es lo que genera la sociedad y los diferentes signos o su lectura e interpretación es lo que forma la nación. La pertenencia se da por el intercambio, por compartir.
(...) entiendo por identidad el proceso de construcción de significado con base en un atributo cultural, o todavía un conjunto de atributos culturales inter-relacionados, el cual o los cuales prevalecen sobre otras fuentes de significado. (Castells, 2008: 22).
Manuel Castells (2008) propone tres formas y orígenes de construcción de identidades, siendo ellas la Legitimadora, la de Resistencia y la de Proyecto. Lo que vemos en la sociedad vasca, por veces, es una identidad de resistencia que emerge contra el conquistador español para, finalmente, transformarse en una identidad de proyecto, que además de puramente resistir, adquiere características propias y se desarrolla en paralelo.
La idea de una comunidad vasca surge de la resistencia frente a una condición de inferioridad y exclusión y pasa a resistir culturalmente expandiendo la consciencia nacional al punto de buscar transformar la sociedad, a reinventarse y reproducirse constantemente. Y en la red, la identidad de los sujetos se forma no de un proceso de desintegración de las sociedades civiles, pero de un “prolongamiento de la resistencia comunal” (Castells, 2008), y por tanto, a través de la resistencia de un grupo/comunidad que se prolonga hasta la red.
(...) entiendo por identidad el proceso de construcción de significado con base en un atributo cultural, o todavía un conjunto de atributos culturales inter-relacionados, el cual o los cuales prevalecen sobre otras fuentes de significado. (Castells, 2008: 22).
Foto: CC BY - Jon Hodgson
Es posible verificar individuos o sujetos de la comunidad vasca que buscan ampliar su sensación de pertenencia, ampliar contactos y fortalecer su cultura a través del internet. Hay un proceso de resistencia ocurriendo tanto online como offline.
Podemos incluso hablar de una identidad relacional construida con base en prácticas cotidianas, subordinada a diversos mecanismos, estructuras e instituciones distintas, así como al bombardeo de informaciones traídos por la propia internet, pero también por los medios de comunicación de masas.
La red nos hace analizar y problematizar de forma diferente la cuestión de la identidad al ampliar el campo de estudio/análisis y no limitarlo apenas a las relaciones personales y físicas entre individuos, pero abarcando todo el mundo y a todas las personas con posibilidad de estar conectados.
La identidad parte de un interés individual de sentirse parte de un colectivo (ElHajji, 2011). El pertenecer al colectivo necesita, ante todo, de un individuo o de una unión de varios individuos.
Es posible encontrar individuos con más de una identidad nacional, especialmente en la diáspora, donde es posible ser vasco y australiano, vasco y argentino, sin que se pueda poner en cuestión las decisiones individuales de individuos que se sienten parte de un grupo (Totoricagüena, 2000).
Particularmente, Linz (1985) concluye que la identidad vasca es una combinación de tres criterios complementarios: primordial (descendencia —‘jus sanguinis—, y lengua); territorial (nacimiento —‘jus soli’—; y trabajar y/o vivir/residir en el País Vasco —‘jus laboris’—, y/o —‘jus domicili’—); y subjetiva (auto-percepción, voluntad de ser vasco —concienciación de pertenencia a una colectividad histórica—). (Oiarzabal y Oiarzabal, 2005: 50).
La identidad nacional es un fenómeno de naturaleza fluida y dinámica (Guibernau, 2009), por un lado la consciencia sobre una identidad y los factores que llevaron el individuo a esto puede permanecer los mismos por décadas, siglos, mas también pueden desaparecer de un momento a otro.
Internet es más que una simple tecnología, es un medio de comunicación, de relación, de interacción, por medio del cual se estructura una forma organizativa de nuestras sociedades y nuestras relaciones sociales, dando a ellas nuevos sentidos y significados.
Internet aparece como un locus de libertad para compartir la cultura nacional y para el uso y promoción de la lengua popular, promocionando su resurgimiento y difundiendo mas allá de las fronteras delimitadas políticamente por los Estados-nacionales donde habita históricamente la población vasca - no sin, obviamente, sufrir presiones reflejadas en las relaciones offline.
Fato más relevante de las alteraciones traídas por la internet está en la alteración en la noción de localidad geográfica (Recuero, 2009), en la expansión de las interacciones sociales por nuevas vías, pulverizando la noción de espacio/tiempo. Se muda el concepto de lugar, de locus en internet al punto del “lugar geográfico” perder parte de su sentido en cuanto las personas buscan nuevas formas de conectarse y encontrar espacios de interacción social.
La identidad vasca en el mundo, Agustín M. Oiarzabal, Agustín M. y Oiarzabal, Pedro J.
Para Haesbaert (2002), el territorio no es apenas algo físico, también comprende una dimensión política y especialmente cultural, o sea, aquel marcado por sus identidades. Las concepciones culturales y políticas son de difícil delimitación, por veces poseen fronteras fluidas, y en el caso aquí estudiado, la concepción cultural del territorio se muestra mutable y amplia, pasando por blogs que pueden tener vida efémera, hasta comunidades virtuales diversas.
Comunidades donde los miembros se conectan vía intercambios simbólicos y no por relaciones cara a cara. Son agregados sociales que surgen de la red y en la red “basadas en intereses comunes y no en fronteras o demarcaciones territoriales fijas” (Lemos, 2002).
Blogs, sitios web personales y afines son apropiaciones individuales del ciberespacio (Recuero, 2009) que se construyen diariamente y representan elementos de la identidad individual de cada uno, o su individualidad.
Los blogs son una representación en línea de la comunidad imaginada (Anderson, 2009) —en nuestro caso, vasca—, aproximando individuos de diferentes realidades y locales con el objetivo de compartir historias y experiencias. Son todavía territorios donde se debate la identidad, se reproducen mitos y símbolos y donde hay clara relación social y donde el individuo se re-territorializa (Monteiro, 2009).
En sus blogs, los individuos se identifican, postean páginas de interés, ponen sus informaciones, gustos y preferencia y, en sus textos, identifican quien son, su “yo”, formando redes con otros blogueros y/o lectores y al apropiarse de la red para expresar sus opiniones y sus sentimientos se tornan un actor social y son así vistos por los otros.
Las herramientas comunicacionales y conversacionales vía internet, lejos de superar o sustituir las relaciones cara a cara, propician una nueva experiencia relacional que no es apenas complementaria y acaba por crear nuevas formas de relacionarse, actuar e interpretar/entender el mundo.
El relacionamiento que se da vía redes sociales y blogs a caba por crear un sentimiento de pertenencia a un grupo, a un colectivo, forma una comunidad virtual imaginada, en la cual ni todos los individuos se conocen pero acaban por sentirse parte de un mismo colectivo (Anderson, 2005).
La red, entonces, hace algunas veces de puente donde comunidades se forman basadas en componentes identitarios diversos (lengua, costumbres, cultura, símbolos, mitos y/o el “mero” sentimiento de pertenencia a un grupo) y que surge “dentro de un sistema de representaciones y relaciones sociales” (Guibernau, 2009).
En internet, las comunidades de diáspora pueden buscar su re-significación junto a las comunidades tradicionales y también estas pueden venir a agregar elementos transitorios e híbridos de las comunidades que dejaron el territorio histórico vasco, demostrando el carácter fluido de la identidad nacional y su constante mutación y adaptación.
Segundo Alonso y Arzoz (2003), es en internet que los conflictos políticos y culturales tienden a ser mejor discutidos y mismo resueltos, siendo quizás la “última oportunidad para la cultura vasca sobrevivir a la era globalizada”.
Internet se coloca como una plataforma relacional por excelencia y permite la negociación de identidades frente a las diversas tensiones que circundan los individuos. Se forma una comunidad de tensión o frontera, en la cual un grupo resiste a otras influencias al paso que activamente actúa en favor de la perpetuación de su comunidad. Es un momento de tomada de consciencia, de salida de la apatía y de activamente ser parte de un grupo, en el caso, nacional.
No sorprende que diversos grupos de la diáspora vasca utiliceninternet, tanto blogs cuanto otros tipos de comunidades en línea, como forma de mantener contactos no apenas entre si, mas con aquellos territorios históricos, teniendo un ambiente propicio para constantes permutas e intercambios culturales.
En resumen, internet propicia una aproximación entre individuos y la formación de vínculos que, por veces, pueden llevar al conocimiento sobre su identidad/pertenencia, re-significa, re-territorializa y altera la forma como vemos, encaramos y mismo transformamos la realidad, en una velocidad (casi) instantánea.
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1 Artículo traducido en colaboración con la profª Helena Navarrete y la prof? Juliana Vitorino.
Raphael Tsavkko Garcia. Graduado en Relaciones Internacionales (PUCSP), con Maestría en Comunicación (Cásper Líbero) y estudiante del Doctorado en Derechos Humanos en la Universidad de Deusto. tsavkko@gmail.com. Nombre de citación: Tsavkko Garcia, Raphael.
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